Las bacterias saben cuando atacar a una célula.
Estudios
realizados en la Escuela Médica de Harvard, con la bacteria
Enterococcus, afirman que la bacteria detecta a su víctima por medio de
un sonar.
La
Enterococcus produce dos tipos de moléculas (una pequeña y otra mayor) y
las libera. Dichas
moléculas permanecen unidas hasta que se encuentran con la célula,
entonces la mayor se adhiere a la víctima separándose de la pequeña, la
cual volverá a la bacteria. Cuando esto último ocurre la bacteria libera
la toxina para infectar a la célula detectada.
Esto
es de gran importancia ya que, si se consiguiera bloquear la molécula
menor el sonar, no se haría sentir y de esta forma se podría erradicar a
Enterococcus.
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